miércoles, 27 de enero de 2010

Street Fighter: The Legend of Chun-Li





Nada más comenzar, Street Fighter: The Legend of Chun-Li nos demuestra que es una película ambiciosa, que no quiere ser el desastre total que fue su predecesora, y las primeras escenas, en las que vemos a la pequeña Chun-Li haciendo Tai Chi con su padre, podrían perfectamente ser el comienzo de una gran película, con una fotografía más que aceptable y una agradable música. Sin embargo, a los pocos minutos estas sensaciones se van a disipar rápidamente con la aparición de Balrog, y la primera pelea de la película que lo enfrenta con el padre de Chun-Li. Con este combate nos vamos a pegar un castañazo con la dura realidad, y algo que será constante a todo el largometraje: el hecho de que las escenas de combate no dan la talla, ni mucho menos, y eso en una película basada en un juego de lucha como Street Fighter, es imperdonable.

Esta pelea, como todas las que vendrán después, presenta un montaje totalmente mareante, con una exagerada superposición de planos cortos, demasiado rápidos y que apenas dejan ver lo que está sucediendo. Dentro de lo que cabe, esto es algo bastante normal en películas en las que los actores no son especialmente hábiles, pues ayuda a tapar sus carencias, pero casi siempre el resultado es mucho más creíble. Tampoco voy a exigir que las peleas fuesen casi reales como en las películas de Bruce Lee, pero sí que al menos nos ayudaran a que nos lo creyéramos un poco. Teniendo en cuenta que casi cualquier actor hubiera bastado para la escasa carga interpretativa de la película, el que los actores fuesen expertos en artes marciales le podría haber dado un par de puntos. Al fin y al cabo es una película que la gente irá a ver por su título, no por su reparto.





No hay comentarios:

Publicar un comentario